La música despliega su poder curativo

 

Hace unos años la periodista Eva Navarro me hizo una entrevista sobre musicoterapia para la edición impresa de Revista de Valencia para el diario Las Provincias. Como el artículo no está disponible on-line, lo comparto por aquí. ¡Espero que os resulte interesante e informativo!

 

La música despliega su poder curativo

Eva Navarro
Revista de Valencia. Las Provincias
Domingo, 25 de septiembre de 2016

La musicoterapia va mucho más allá de la búsqueda de emociones a través de una canción. Es una ciencia capaz de mejorar la salud, pero también de potenciar la sociabilidad de las personas, la autoestima e incluso la creatividad.

Hay una canción que siempre que suena me arranca la lagrimita. Seguro que a vosotros también os pasa, porque todos tenemos esa melodía capaz de hurgar en el interior. Se podría decir que escucharla es nuestra terapia. Sin embargo, no penséis que en esto consiste la musicoterapia, ya que detrás de esta palabra –y esta ciencia– hay mucho más.

La musicoterapia es el uso profesional de la música o de cualquier proceso musical en ambientes médicos, educativos y cotidianos con le fin de optimizar la calidad de vida de los pacientes y mejorar su salud física, social, comunicativa, emocional e intelectual, así como promover su bienestar. Es decir, que aquí la música es casi lo de menos, pues se trata, tal y como explica el presidente de la Asociación Valenciana de Musicoterapia, David Buedo, de utilizarla “como un medio de comunicación entre paciente y terapeuta” para lograr los resultados perseguidos, que pueden ser muchos y muy variados.

Es habitual que las personas tengamos prejuicios respecto a este tratamiento –que siempre suele ser complementario a otro– porque pensamos que es algo lúdico, para niños, pero esa idea se aleja de la realidad. “Hay quien piensa que nos basamos en ‘recetarios musicales’, que se trata sólo de elegir una canción que pueda animar, por ejemplo. Pero no es así, porque no todo el mundo funciona igual ni siente las emociones de la misma manera”, apunta Buedo.

La musicoterapia se aplica en ambientes muy diferentes, desde pacientes con cuidados paliativos hasta personas con Alzheimer, nonatos, autistas o incluso para mejorar el desarrollo personal, prevenir el ‘burn-out’ o gestionar grupos. Aquí no importa si suena bonito o no; no se busca la estética, sino la interacción y la comunicación.

Las técnicas utilizadas son diversas y se adecuan a cada persona y objetivo. Pueden ser activas (improvisación, interpretación, cantar, bailar, componer canciones…) o receptivas (escuchar música, comentarios…) y siempre deben estar seleccionadas por profesionales capacitados, que en España son los que han hecho el máster correspondiente.

Sus efectos también resultan variados. En la mayoría de casos guardan relación con el aspecto emocional. Igual que algunos tenemos esa canción que nos hace llorar, los musicoterapeutas son capaces de trabajar muy bien en este área obteniendo resultados muy positivos. “La música alcanza directamente a las personas , más que el lenguaje. Por eso en pocas sesiones se llega incluso a momentos de catarsis o de cierre de procesos de duelo que quedaron abiertos, por ejemplo”, explica el presidente de la asociación.

En su caso, él trabaja con niños autistas, con los que habitualmente es difícil comunicarse, pero que a través de la musicoterapia transmiten lo que les sucede y mejoran en muchos aspectos que suelen tener limitados. Pero no sólo les ocurre a ellos. Cualquier persona puede enriquecer sus habilidades sociales y comunicativas, su autoestima o incluso recuperar la creatividad. Al fin y al cabo, la música es un acto social en sí mismo. La tocan las tribus de todo el mundo, une a los hinchas del fútbol, define la identidad de cada uno… Así que, ¿por qué no nos iba a ayudar a estar mejor?

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Buedo Salas, David - SOMArmonía (www.somarmonia.com)

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